DEJANDO HUELLAS
Los maestros(as) tenemos muchas razones para amar lo que hacemos, todos
los días nos levantamos muy temprano y nos alistamos con entusiasmo para ir a
encontrarnos con nuestros niños porque sabemos que ellos son la principal razón
para seguir dando lo mejor de nosotros.
Haim Ginott, docente y psicólogo Israelí, menciona que "los niños
son como cemento fresco, cualquier cosa que caiga sobre ellos deja huella"
y somos nosotros los maestros, junto a la familia los encargados de hacer que
esas huellas que dejemos en los niños sean positivas, que sean huellas que nos
enorgullezcan al saber que nosotros las dejamos y que hoy son importantes en la
vida de cada niño.
Como maestros(as), sabemos lo importante que somos para los niños,
sabemos que no podemos faltar un día a la escuela aunque estemos enfermos
porque nuestros niños nos esperan, nuestra profesión no es como otras en las
que podemos dejar para otro día nuestros pendientes y ponernos al día, nuestra
profesión demanda dar de nosotros(as) cada día del año porque no podemos
postergar el cariño ni las necesidades de nuestros niños.
Ser maestro(a), para algunos puede parecer que es "dar más que
recibir", sin embargo, si lo pensamos bien es "recibir más que
dar", es una profesión muy gratificante. Lograr que 20 ó 30 niños sonrían
gracias a nosotros(as) a pesar de haber tenido posiblemente un mal día en casa
es algo que no todos pueden experimentar, escuchar un "te quiero
miss" cada día es una emoción tan grande que no podemos explicar, ver que
mes a mes aprenden más y son mejores personas gracias a nosotros(as) es algo
que nos debe enorgullecer, recibir la visita de nuestros ex-alumnos y verlos
crecer mientras dicen que nos extrañan es lo mejor porque todo esto nos
confirma que "Hemos dejado huellas".
Un autor anónimo dijo que "La docencia es la única profesión que
crea a todas las otras profesiones" lo cual nos debe, por un lado, llenar
de satisfacción porque formaremos futuros abogados, doctores, ingenieros o
nuevos maestros(as) como nosotros(as) y por otro lado, nos debe hacer
reflexionar acerca de la responsabilidad que tenemos de hacer que estos futuros
profesionales sean personas correctas y responsables.
En nuestras manos está el futuro de un país, de aquí la importancia de
nuestra labor. Si somos conscientes del papel que hemos elegido, seremos mucho
más cuidadosos en nuestro trabajo y siempre buscaremos que nuestros frutos sean
de valor para nuestra sociedad.
En el Día del Maestro deseamos reconocer nuestra
labor docente, aplaudir los retos que nos ponemos con el fin de formar mejores
personas, agradecer por esa sonrisa que logramos sacar de un corazón abatido o
por esa palmadita que reconforta a un alma triste, por esa palabra de aliento
que refuerza un gran logro o por esa llamada de atención, que a veces parece
severa pero que muchas veces es necesaria. Por todo ello y por muchas cosas más
¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO! y sigamos dejando huellas.