Comúnmente los profesores tienen
que lidiar con una serie de comportamientos que perjudican o entorpecen el
desarrollo de la clase, describiendo los mismos en muchas ocasiones como
"conductas fuera de lo normal", dentro de estas incluyen:
"Moverse de su sitio (...) no estar quieto, ponerse de pie constantemente
(...) no estar en su sitio (...) mover mucho las manos (...) parece como si
quisiera salir del salón (...) ser muy contestón o en ocasiones agrede a sus
compañeros (...) no seguir las reglas, no obedecer, etc."
Pero en
realidad, para poder comprender estas conductas, en primer lugar es importante
responder a la siguiente pregunta: ¿Qué es la Hiperactividad?.
La hiperactividad como tal, es el comportamiento que se caracteriza por
la actividad excesiva, la misma que está por encima de lo esperado a la edad.
Sin embargo, es preciso mencionar que al hablar de hiperactividad no sólo
debemos ceñirnos a una inquietud motriz o un mal comportamiento, puesto que en
realidad tales características son la punta del iceberg, al cuál se denomina
"Trastorno por déficit de atención con Hiperactividad (TDAH)" el
mismo que es un síndrome conductual con bases neurobiológicas, un fuerte
componente genético y de inicio en la infancia (Portellano, 2008),
caracterizado por desatención, hiperactividad o impulsividad, el cual es más
frecuente y grave que lo observado en personas con similar nivel de desarrollo
(Roselli, Matute & Ardila, 2010).
Lo descrito líneas atrás, tiene que haberse presentado antes de los 7
años, interfiriendo la actividad académica, social, familiar o laboral; además,
tales comportamientos deben tener una duración de por lo menos 6 meses
(López-Ibor & Valdés, 2002).
Manifestaciones
del TDAH infantil, según la clasificación DSM-IV-TR, que sirven como criterios
para el diagnóstico:
Desatención
- A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
- A
menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades
lúdicas
- A
menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente
- A
menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u
obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o
a incapacidad para comprender instrucciones)
- A
menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
- A
menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que
requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos)
- A
menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes,
ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas)
- A
menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
- A
menudo es descuidado en las actividades diarias
Hiperactividad
- A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento
- A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento
- A
menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera
que permanezca sentado
- A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud)
- A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud)
- A
menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades
de ocio
- A
menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un motor
- A
menudo habla en exceso
Impulsividad
- A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas
- A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas
- A
menudo tiene dificultades para guardar tumo
- A
menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej. se
entromete en conversaciones o juegos)
Este hecho ha generado que por ejemplo, hoy en día exista un
sobrediagnóstico, principalmente en los colegios, ya que algunos profesores
suelen confundir conductas socialmente inadaptadas, agresividad e indisciplina
con el TDAH, por lo que será importante y necesario que ellos observen en el
salón de clases ciertas conductas y que posteriormente puedan describirlas, mas
no así adelantarse a dar un diagnóstico, ya que ello es responsabilidad de un
equipo especializado y externo al colegio.
Conductas a
ser observadas por los profesores en clase:
- Se
observa a un niño que es más impulsivo, inquieto, inatento o activo que los
demás.
- Se
tropieza con el que está delante de la fila, le pisa varias veces sin darse
cuenta.
- Se
levanta de su asiento varias veces durante la clase sin un propósito
específico.
- Habla
cuando no le corresponde, en exceso y en ocasiones suelen ser comentarios fuera
de contexto.
- Emite
sonidos cuando debería callar.
- Hace
tonterías para atraer la atención del adulto que está con otro niño.
- Corre
o salta por el salón en lugar de trabajar
- No
presta sus cosas
- No
termina las tareas que se le asignan, tienden a abandonarla y comenzar otra,
que a su vez tampoco la finaliza.
- Suele
perder las cosas
- Se
ríe tontamente cuando nadie lo hace
- Desordena
el armario al coger algo, se le caen las cosas.
- Repite
las preguntas una y otra vez.
- Se
olvida de lo que debe hacer
Ahora bien, los profesores desempeñan para los niños un rol semejante al
de un segundo padre o madre. Por ese motivo ven en él o ella un modelo a
contrastar con el familiar, una nueva fuente de autoridad (a la que aceptará o
a quién se enfrentará), un nuevo punto de referencia sobre su escala de valores
y un nuevo reflejo de su propia imagen (Orjales, 1999).
Del profesor
depende:
- Que los
problemas de conducta presentes en el niño sean detectados a tiempo, ya que al
tener de referencia al resto de niños, pueden percatarse que las cosas no van
bien con alguno de ellos.
- La forma en que los padres van a atender y aceptar las señales de alerta del profesor, puesto los docentes deben ser lo más objetivo y rigurosos posibles en el momento de dar información a los padres, relajando la angustia si ve que es desmedida y alertando si los padres parecen quitar demasiada importancia al problema.
- La forma en que los padres van a atender y aceptar las señales de alerta del profesor, puesto los docentes deben ser lo más objetivo y rigurosos posibles en el momento de dar información a los padres, relajando la angustia si ve que es desmedida y alertando si los padres parecen quitar demasiada importancia al problema.
- La
mejora del comportamiento del niño en el aula.
- El control de los efectos negativos que
el comportamiento del niño pueda tener sobre los demás alumnos del curso, sin
culpabilizar o estigmatizar a uno.