Muchas veces hemos recibido
comentarios de parte de los profesores con respecto a la adquisición del
aprendizaje de nuestros hijos y en algunos casos nosotros mismos hemos hecho
referencia a ello: ?No presta atención (...) se distrae con facilidad (?)
cuando hace la tarea no la culmina (?) se pone a jugar con lo que tiene delante
de él y no hace sus actividades (?) demora mucho tiempo en hacer sus cosas,
etc.?.
Pero, ¿en realidad a que hacemos referencia con ello?, pues estamos
hablando de la atención, la cuál es la responsable de establecer un orden de
prioridades y de secuenciar temporalmente las respuestas más adecuadas para
cada ocasión (Portellano, 2005). Es decir, la atención es una propiedad del
sistema nervioso que dirige las acciones complejas del cuerpo y del encéfalo
(Kolb & Wishaw, 2009), esto supone a la vez, una orientación-concentración
mental hacía una tarea y la inhibición de las actividades competidoras (Gil,
2007) o estímulos irrelevantes y/o novedosos. No obstante de acuerdo con el
lenguaje cotidiano, prestar atención significa mostrar interés por un estímulo
en particular o centrarse en una misma tarea (Artigas-Pallarés & Narbona,
2011).
Es preciso indicar que a nuestro cerebro llegan numerosos estímulos que
no pueden ser procesados de manera simultánea, de ahí que surge la necesidad de
que exista una función que se encargue de realizar el proceso de selección y
filtro de los mismos (Echavarría, 2012) y esta viene a ser la atención.
Pero la atención no es una función unitaria o específica
(Artigas-Pallarés & Narbona, 2011), la aproximación neuropsicológica, al
igual que la psicológica, ha realizado sus propias contribuciones para la
comprensión del proceso de atención. De acuerdo a los datos de la
neuropsicología contemporánea, señalan que la actividad de los lóbulos
frontales se encuentra relacionada principalmente a las funciones del proceso
de atención (Quintanar, Solovieva & Flores, 2002), lo que para Luria (1973)
constituiría el tercer bloque cerebral (bloque de programación, control y
verificación).
La complejidad conceptual, neuroanatómica y neurofuncional de la
atención impide que pueda explicarse mediante una definición simple
(Artigas-Pallarés & Narbona, 2011); de ahí que tampoco pueda haber un
consenso respecto a los tipos de atención que han de evaluarse de manera
específica, lo que genera distintos modos y formas de clasificar según:
- Mecanismos
implicados: selectiva, dividida y sostenida
- Grado
de control:
- Involuntaria:
Es la respuesta de orientación, que son manifestaciones
electrofisiológicas, motoras y vasculares que se dan ante estímulos
fuertes y novedosos, tal respuesta es innata (Luria, 1988; citado
por Quintanar, Solovieva & Flores, 2002).
- Voluntaria:
se desarrolla en la niñez, donde el niño se hace capaz de controlar su
comportamiento con la ayuda del lenguaje, el cual una vez interiorizado
empieza a mediatizar gradualmente todos los procesos psicológicos del
sujeto (Quintanar, Solovieva & Flores, 2002).
- Objeto al que va dirigido la atención: externa e interna
- Modalidad
sensorial implicada: visual, auditiva
- Amplitud
e intensidad: global, slectiva
- Amplitud
y control que se ejerce: concentrada, dispersa
En función a ello, se detallará un modelo de los tipos de atención que
fue propuesto por Sohlber & Mateer en el 2001, que fue laborado a partir de
la observación de pacientes con daño cerebral en distintos grados de
recuperación (Bruna, Roig, Puyuelo, Junqué & Ruano, 2011); además, sirve
como mecanismo de evaluación clínica de la atención en personas aparentemente
normales:
- Atención
focal o focalizada: es aquella habilidad para enfocar la atención a un
estímulo, dar respuesta de forma diferencial a estímulos visuales, auditivos o
táctiles específicos.
- Atención
sostenida: capacidad para mantener una respuesta de manera consistente en una
actividad continua y repetitiva durante un periodo de tiempo prolongado.
- Atención
Selectiva: es la capacidad que permite elegir todas las formas significativas e
importantes e ignorar la información innecesaria (Petrovski, 1980; citado por
Quintanar, Solovieva & Flores, 2002).
- Atención
alternante: facilita cambiar el foco de atención de forma sucesiva entre tareas
que implican requerimientos cognitivos diferentes.
- Atención dividida: permite atender o
responder simultáneamente a varios estímulos y tareas o a diferentes demandas
de una misma tarea.
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